lunes, febrero 02, 2009

LA PAYADA EN CHILE

LA PAYA EN CHILE Por Pedro YAÑEZ

En el siglo XIX hubo en Chile muchos poetas populares y payadores, sus versos quedaron en la memoria de la tradición oral y también en sus décimas, impresas en una hoja suelta, que los propios creadores vendían en pueblos y ciudades, a esas hojas se les llamó "LA LIRA POPULAR". Esas Liras Populares se conservan en la Biblioteca Nacional. Además están los ensayos de Desiderio Lizana, Antonio Acevedo Hernández, Diego Muñoz y Juan Uribe Echevarría. Este material nos permite saber en primer lugar que los payadores chilenos existían ya, y jugaron un papel en ese tiempo.Diego Muñoz nos cuenta también de cómo la venta de la "Lira Popular" fue prohibida y los poetas populares fueron perseguidos por leyes gubernamentales de la época. Fue así como a mediados del siglo XX sólo quedaban payadores dispersos y que lograban juntarse muy esporádicamente, entre ellos se destacó Lázaro Salgado, payador, guitarrista y guitarronero, hijo del payador Liborio Salgado y nieto del legendario payador, que también se llamaba Liborio, del que se cuenta que payó con el diablo (leyenda que se repite en muchos países de América). En las ciudades grandes, los payadores fueron discriminados, sin embargo, en los pueblos chicos siguió existiendo con toda su fuerza la tradición de cantar décimas a lo divino, una costumbre que se conserva con plena vigencia en la actualidad. El "Canto a lo Divino" se realiza en una rueda de 8 a 12 poetas populares que cantan sus décimas durante toda la noche, con motivo de la "Cruz de mayo", alguna fecha religiosa o el velorio de un "angelito". Cuando termina la vigilia se toma desayuno y comienzan algunos desafíos a cantar "A lo Humano", que al igual que el canto a lo divino, son décimas compuestas con anterioridad. La competencia está en lucir un repertorio de alta calidad y en saber una gran cantidad de fundamentos. Simultáneamente al canto a lo humano, puede aparecer un par de payadores que realicen un contrapunto improvisado en cuartetas por pregunta y respuesta o bien, en décimas. Estos versos se cantan con melodías tradicionales muy antiguas y se acompañan con guitarra o con el más importante de los instrumentos folclóricos nobles: El Guitarrón, instrumento de 25 cuerdas. De ese modo fue que el patrimonio de la paya se mantuvo en los tiempos más difíciles.
Las publicaciones más importantes fueron las siguientes: Desiderio Lizana: Como se Cantala Poesía Popular, (trabajo leído por su autor en las sesiones del 22 de julio y 15 de setiembre de 1911). Publicado en Santiago por: Imprenta Universitaria 1912. Lizana nos habla de torneos poéticos que él presenció desde el año 1870, "Se cantaba verso hecho y se cantaba componiendo, esto se hacía en décimas, glosando una cuarteta que era propuesta por alguien de los oyentes". En el capítulo VI nos describe el Canto Improvisado a Dos Razones. En el capítulo VII nos habla de "La Paya Propiamente Tal" en donde cita ejemplos de cuartetas por preguntas y respuestas. Como instrumentos acompañantes menciona "El Rabel", "La Guitarra" y "El Guitarrón". En el año 1933 Antonio Acevedo Hernández publicó su libro "Cantores Populares Chilenos" Editorial Nascimento, dejando un valioso testimonio de la riqueza cultural que se mantenía en el corazón del pueblo chileno. En el año 1954 Diego Muñoz publicó un ensayo con el nombre de: "Primer congreso de poetas populares chilenos", en donde aparecen los pormenores de dicho congreso junto con un estudio y una valiosa antología. Juan Uribe Echevarría publica: "Cantos a lo Divino y a lo Humano en Aculeo" (Folklore de la provincia de Santiago). Editorial Universitaria, 1962. El mismo don Juan Uribe, organizó, a través del departamento de extensión de la Universidad de Chile los "Encuentros de Poetas Populares" en diversas ciudades de provincia desde los años 1968 hasta 1973. Es preciso mencionar el trabajo de estudio y recolección del canto a lo poeta, efectuado por Violeta Parra, ella nos habló del guitarrón y del canto a lo humano y a lo divino, lo aprendió, lo creó y lo interpretó en sus discos a partir del año 1955 hasta sus últimas composiciones del año 1967. Violeta Parra sintió que la riqueza cultural del "canto a lo poeta" era muy grande y para recopilarla pidió ayuda a la Universidad de Chile, allí había un "Instituto de Investigaciones Musicales" cuyos funcionarios, que no vale nombrar, le dieron la espalda, lo mismo las autoridades universitarias. En 1979 Editorial Nascimento, editó el libro póstumo de Violeta Parra: Cantos Folklóricos chilenos. Dicha publicación transcribe anotaciones, grabaciones de cantares, versos y conversaciones de Violeta con 15 cultores naturales, entre ellos el gran guitarronero: don Isaías Angulo, a quien se conoció con el apodo de "El Profeta". Quien escribe estas palabras fue motivado por esos primeros discos de Violeta para acercarse a conocer el arte del canto en décimas, guitarrero desde los 17 años, nacido en Campanario, provincia de Ñuble. Participando en una "Peña Folclórica" en Santiago conoce a Lázaro Salgado el año 1966 y es la primera vez que oye en persona el canto de un payador, aunque, no había un rival para hacer el contrapunto, Lázaro impresionaba con sus décimas inteligentes y fluidas. Fue en el año 1971 cuando conocí a Santos Rubio con su guitarrón. El vivía entonces en San Juan de Pirque, al año siguiente ya conocía a 20 poetas populares en los encuentros de la Universidad de Chile. El año 72 salimos con Santos Rubio a realizar presentaciones artísticas en las Primeras Peñas folclóricas que conocieron de la vuelta de los payadores a la gran ciudad. Los payadores de ese tiempo eran muy pocos y vivían en lugares distantes: Atalicio Aguilar, de Loica; Hermógenes Escobar, de Puente Alto, Sergio Cerpa, de Santa Elena; Domingo Pontigo, de San Pedro de Melipilla; Lázaro Salgado, de cualquier parte, radicado en Santiago; Santos Rubio, de San Juan, un aprendiz que era yo: PedroYáñez, de Campanario, radicado en Santiago, Guillermo Ríos, de San Bernardo, y dos amigos principiantes: Jorge Yáñez y Benedicto Salinas, de Santiago. En el año 1973 desde mayo hasta el mes de agosto dimos a conocer las payas y los versos en décimas en un programa de televisión que se llamó "Poesía Popular", eran 10 minutos cada domingo a las 3 de la tarde, yo era el anfitrión y cada vez tenía un invitado diferente. En esos años, además de ser cantor y payador, estudiaba: Etnomusicología y Pedagogía en Música en la Universidad de Chile. Llegó el golpe de estado en septiembre del 73 y se acabaron los encuentros, el programa de televisión, y fui expulsado de la universidad. Volví a cantar en público, como solista en el año 1975 y grabé un disco L.P. el 76 incluyendo tonadas, cuentos versificados en décimas y cantos a lo humano y a lo divino con guitarra y guitarrón. Ese año hicimos nuevamente un pequeño encuentro de poetas y payadores en un centro cultural en Santiago, en donde improvisamos con el payador y guitarronero Guillermo Ríos. Debió llegar el año 1980 para que se crearan las condiciones de juntarnos 4 payadores y realizar los primeros encuentros en escenarios profesionales de peñas y teatros. Actuamos en Santiago y viajamos al norte y al sur con nuestro espectáculo de payas. En 1981 grabamos un casset, en vivo, que se llamó "Encuentro de Payadores", el grupo estaba formado por: Santos Rubio, Pedro Yáñez, Benedicto Salinas y Jorge Yáñez, teníamos también dos aprendices: Roberto Peralta (prematuramente fallecido) y Alfonso Rubio, joven de 18 años. Este grupo logró el grado de madurez requerida para que los payadores
organizáramos por primera vez nuestros encuentros, sin ser presentados por ninguna entidad intelectual, las que siempre actuaron de buena fe, pero con un marcado paternalismo. A partir de ese acontecimiento, comenzaron a aparecer los payadores nuevos, la mayoría ejecutando el guitarrón. Al mismo tiempo fuimos contactando otros antiguos cultores naturales que quisieron participar de este renacer de la paya, entre ellos: Arnoldo Madariaga, el padre; Arnoldo Madariaga, el hijo y ahora: Arnoldo Retamales Madariaga, el nieto. La participación de un payador urbano, netamente Santiaguino y con estudios universitarios, fue fundamental para incentivar a un público de todas las edades y de todas las capas sociales. Su nombre es Eduardo Peralta, joven cantautor profesional que sintió el llamado del canto repentista y desde el año 1985 se hizo payador. La dupla Peralta - Yáñez, trabajó intensamente a lo largo de Chile, realizó presentaciones continuadas, programas de radio y el año 93 estuvo tres meses apareciendo una vez por semana en televisión, realizó charlas y clínicas en colegios y universidades, creando un puente de integración entre la expresión ciudadana y la campesina, precisamente el año 91 se rindió un homenaje en Chile al poeta Rafael Alberti, nos invitaron a cantar y allí improvisamos un contrapunto entre la "Tradición Escrita" y la "Tradición Oral". En ese tiempo estaba apareciendo otra generación de payadores, la que vendría a consolidar la presencia definitiva del canto de improviso en el universo de las artes populares. Entre los más importantes de la década de los 90 están tres guitarroneros: Francisco Astorga, de Mostazal; Juan Carlos Bustamante, de Rancagua y el joven Manuel Sánchez, de Barnechea, Stgo. quien sería considerado a partir de 1998 como el mejor payador chileno. Los Encuentros de Payadores, en el Chile actual, se desarrollan cultivando variadas formas de la tradición, en un enfoque interactivo que incentiva la creatividad espontánea del público. Se hacen: Décimas de Presentación, Rueda de Cuartetas por Pregunta y Respuesta, Décimas con Pie Forzado, Cuartetas por Personificación de Elementos o Personajes Contrarios, Contrapuntos en Décimas, Rueda de Respuestas para una misma Pregunta, Rueda de Brindis y finalmente las Décimas de Despedida. Estos encuentros se realizan con un mínimo de 4 y un máximo de 6 payadores. Desde los años 92 - 93 se hacen grandes encuentros comunales, a los que invitan entre 12 a 16 payadores, se destacan 2 de ellos: el de Casa Blanca, que el 2003 tendrá invitados internacionales, se realiza cada año en Febrero y el de El Rincón de Mostazal, en marzo.
Los Payadores chilenos queremos reconocer, de corazón, que para recuperar este patrimonio y elevar nuestro nivel de calidad poética en la improvisación, así como para prestigiar la dignidad de nuestro oficio, fue muy importante el contacto con los payadores rioplatenses, intercambio que partió el año 81 con el contrapunto, en la televisión, de el uruguayo Washington Montañés y Pedro Yáñez, hecho que se repitió el 85, ese mismo año viajé a Buenos Aires y conocí a quien considero : mi maestro, José Curbelo, a quien he invitado a Chile en 5 oportunidades sabiendo que en cada visita nos ayuda a crecer a todos. Antes de terminar esta ponencia quiero nombrar a los más nuevos payadores: el 99 aparece Hugo González, guitarronero nacido en San Carlos, (cuna de Violeta Parra) y un año antes, el 98 ya estaba nuestra primera mujer payadora: Cecilia Astorga, cuya presencia ha enriquecido los encuentros aportando: sabiduría, belleza y emotividad. Un gran abrazo para ustedes y en especial para quien me honra con haber leído esta ponencia.

Pedro Yáñez. Breve reseña
Nacido en Campanario, provincia de Ñuble, en 1946, Pedro Yáñez comparte desde la niñez el mundo campesino, tomando contacto con poetas, cantores y guitarreros, cuyo arte, dos décadas después, se dedicará a recopilar y registrar.
Desde los 18 años integra conjuntos folclóricos estudiantiles, realizando sus primeras actuaciones en Tomé y Concepción. En el año 1967 en Santiago funda y dirige "Inti Illimani", que abandona al regresar a la octava región. Allí integra y dirige el conjunto "Los Afuerinos".
Radicado en la capital estudia, en la Universidad de Chile, canto, guitarra, armonía y composición, mientras ejerce su oficio de trovador, presentándose habitualmente en la Peña "Chile Ríe y Canta", de René Largo Farías. Cursa la carrera de Pedagogía en Música y posteriormente de Etno- Musicología, siendo expulsado de la Universidad, a causa de las convulsiones políticas de Septiembre de 1973.
Entre tanto, publica su primer disco junto al folclorista Valericio Lepe, con quien forma el duo Coirón. El contacto con poetas populares, payadores y guitarroneros como Santos Rubio, Arturo Vera, Rodemil Jerez, Manuel Gallardo, Honorio Quila, Atalicio Aguilar, Lázaro Salgado, Manuel Ulloa, Hermógenes Escobar, Roberto Vásquez, a quienes adopta como maestros, ilumina y consolida su vocación de payador.
El 72 graba como solista sus primeras décimas acompañadas de guitarrón. En 1976 graba su disco "EL CANTO DEL HOMBRE". En 1981 graba "Encuentro de payadores", junto a Santos Rubio, Benedicto Salinas y Jorge Yáñez. El '86 graba el caset "Las palabras dormidas". El 89 participa en el caset "Cuatro payadores chilenos".
En 1994 edita "El jardinero y la flor", año en que obtiene el premio APES al mejor folclorista. En diciembre de 1999 recibe el Premio Nacional de Música "Presidente de la República", galardón que se entrega por primera vez en el país y en marzo del año 2000 se hace acreedor del Premio "ALTAZOR" a las artes nacionales, en el rubro Música de Raíz Folclórica.
El año 2001 aparece su primer CD llamado "El Canto del Hombre", en algunos temas lo acompaña su señora, la primera payadora de Chile: Cecilia Astorga. El 2002 se edita el CD "Encuentro Internacional de Payadores" grabado en vivo, que incluye décimas, contrapunto, intervenciones del público con preguntas y respuestas de los payadores. Demás de Yáñez, en el CD participan: Eduardo Peralta, Manuel Sánchez, Cecilia Astorga y el gran payador uruguayo José Curbelo

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